XXX

A carolina desesperadamente.




Te siguen los pájaros
y el brillo
desde ese silencio
donde pacientemente
tu voz me alcanza.

Yo ya no tengo alma,
la quemé
sin piedad contra el filo del mundo;
la dejé olvidada en la ceniza
de otros tiempos.

Yo ya no tengo miedo,
ni esperanza.

No sé dónde estarás,
no sé en qué parte
de esta noche estarás;
resguardada
bajo qué mirada,
tu mirada;
junto a qué manos,
tus manos.

Mi soledad tiene el color de tus ojos
en esta ausencia;
mi verdad de hombre pequeño
no te alcanza
desde esta habitación sin alas,
desde este cuerpo,
Carolina.


29/07/2007

Quiero aclarar que la fecha de este poema es muy anterior a la puesta en su pie, 1998 aproximadamente. Claro que esto no tiene importancia alguna salvo para mí que ahora recuerdo que Carolina nunca existió realmente, o en realidad, mejor es decir que yo nunca existí en la conciencia de Carolina y ella fue la excusa para escribir estos versos en una noche ciega y por suerte ya olvidada.





Patria de olvido.


Patria de olvido





PAÍS DE OLVIDO.

Porque puedo olvidar
es que te amo.

Porque
puedo olvidar
es que amo
ese costado tuyo

tan parecido al agua,

a la lluvia.

Es
tan simple
esta maquinaría
de la soledad,

sus pájaros
de yeso,

lo inútil
de sabernos
carne.

Vidrios rotos.
Vidrios rotos.

No cantan así los pájaros.

Y en esta patria
de olvido
nazco del fuego,
nací del fuego,
hemos
nacido
del fuego.

Yo que no tengo país
quiero fundar mi patria
en la soledad

de un acantilado.

Luz sin menoría.

Nos
hemos
tocado
tiernamente
como si estuviésemos
hechos
de distancia;
a veces
con manos
torpes,



lejanas.




( Poema improvisado en el papel y luego recitado ante una cámara ).

16/06/2010.



Copyright ©Gustavo Cavicchia.
-Todos los derechos reservados.

Wally.
Salva un árbol escribe en papel virtual.
Apoemas.

0