Vas y venís.
Vas y venís…
Como esas largas y ansiadas tardes de verano,
tu pie marca el momento
en el que podemos ser
uno
búscame.
A cinco minutos de la nada
todo parece bien
tu boca se abre en una flor roja de vida
tu boca me puede.
tu boca que arde.
Cruzo el desierto de espejos que nos separan
hasta la amapola suave donde beben
los gemidos de mi piel.
Cuando te nombro
me defino integro.
Vas y venís
flotando en la niebla de las cosas
y llegas implacable
al centro de mi vida.
Ya nada es mío
ni siquiera este aliento húmedo
en el que dibujo tus senos y mi lengua.
Copyright ©Gustavo Cavicchia.-
Vas y venís…
Como esas largas y ansiadas tardes de verano,
tu pie marca el momento
en el que podemos ser
uno
búscame.
A cinco minutos de la nada
todo parece bien
tu boca se abre en una flor roja de vida
tu boca me puede.
tu boca que arde.
Cruzo el desierto de espejos que nos separan
hasta la amapola suave donde beben
los gemidos de mi piel.
Cuando te nombro
me defino integro.
Vas y venís
flotando en la niebla de las cosas
y llegas implacable
al centro de mi vida.
Ya nada es mío
ni siquiera este aliento húmedo
en el que dibujo tus senos y mi lengua.
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-Todos los derechos reservados
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1 comentario:
Buenísimo!
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