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A carolina desesperadamente.




Te siguen los pájaros
y el brillo
desde ese silencio
donde pacientemente
tu voz me alcanza.

Yo ya no tengo alma,
la quemé
sin piedad contra el filo del mundo;
la dejé olvidada en la ceniza
de otros tiempos.

Yo ya no tengo miedo,
ni esperanza.

No sé dónde estarás,
no sé en qué parte
de esta noche estarás;
resguardada
bajo qué mirada,
tu mirada;
junto a qué manos,
tus manos.

Mi soledad tiene el color de tus ojos
en esta ausencia;
mi verdad de hombre pequeño
no te alcanza
desde esta habitación sin alas,
desde este cuerpo,
Carolina.


29/07/2007

Quiero aclarar que la fecha de este poema es muy anterior a la puesta en su pie, 1998 aproximadamente. Claro que esto no tiene importancia alguna salvo para mí que ahora recuerdo que Carolina nunca existió realmente, o en realidad, mejor es decir que yo nunca existí en la conciencia de Carolina y ella fue la excusa para escribir estos versos en una noche ciega y por suerte ya olvidada.





NO TE DIRE COMO ES LA LLUVIA.

No te diré como es la lluvia:

arpegio de siglos,

verbo,
danza que cae en cien pájaros blandos,
transito de gotas en la cuerda de las horas,
crío de manos trasparentes jugando en las baldosas de mi patio.

Qué milagro bajo el dosel de la parra deja su risa eterna?
Qué voz repite en el lejano cielo negro su garganta de nubes ?

No te diré nada.
No hará falta. ____

Tú estarás
escuchándola conmigo…

cántanos lluvia:
la virgen humedad
de la tierra,

la mansa música del agua
para dormir al hombre;


ronco
rolido
roto

en los cristales;
tus alas
dibujan
torcidos dedos
en la recta luz

de la ventana.
A Susana.

05/12/2008.

Copyright ©Gustavo Cavicchia.
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Wally.
Salva un árbol escribe en papel virtual.
Apoemas.

Eco


ECO.
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LA CASA.

FUI AL BOSQUE.



Fui al bosque.

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Puedes.

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A CINCO MINUTOS.

A cinco minutos.



Te conozco…


sé de tu lugar,
donde el silencio se pierde
en la tarde
y el viento lleva todo,
hojas,
pájaros,
árboles,
dejando amarga
junto a un desierto
de esperanza,
el alma,
donde la lluvia es fuego,
ruido de cristal roto naufragado
en el espanto
sin la mínima zozobra.

Me entiendes despoblado,
liso,
llano,
inventado en este invierno,
dando una razón patibularia
para no quebrar el llanto
de la vida quieta
sobre el mantel apenas puesto
completo de violetas y azahares
que tú,
con frías manos
despojas de la mesa.

Te conozco.

Transeúnte
de mil puertos ávidos
de gaviotas blancas,
noche enlutada como un pozo ciego.

Te conozco.

Certera en tu estocada,
tenaz
al puñal cruel
del tiempo,
mercenaria
útil a un fin
no claro para mí.

Te conozco.

Puedo más que tú,
al menos
por momentos,
sin sentirme tentado
a revolcarme
en el estiércol del camino,
perro hambriento,
acorralado en la angustia
de existir sin propósito definido.

Te conozco.

Siempre rondas
trémulas preguntas
que caen en el encéfalo,
cansado
de cuestionarse
siempre
si el iris convexo
que veo en los espejos
pertenece a mí
o eres tú,
con tu mirar
de sedienta jauría abigarrada
en noches espantosas,
la que directamente
me ve a la cara.

Te conozco bien.

¿Pero, quién esta seguro?...

de no estar a cinco minutos de la Nada.



Copyright ©Gustavo Cavicchia.-
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MUJER QUE VIENES.

Mujer que vienes...

encendida como un farol
y me traspasas.

Le robo:

a tu aliento,
estas manos quebradas,

a tu silencio,
su penitente suplicio,

a tu boca,
su fruta más deseada,

a tus ojos,
sus destellos de agua.

Soy cielo prisionero
de la palabra que callo


…Mujer Que Pasas.







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VAS Y VENÍS.


CREPÚSCULO.

Crepúsculo.

ESTOY HABITADO POR MI CASA.

TE MIRO.

Te miro...

VOLAR.

YO SOY TIEMPO.

Yo soy tiempo.



Tú eres tiempo

si es que el tiempo existe.

Pero tú existes
porque en este espacio estás latiendo
como una permanente plegaria en los labios,
como una lágrima detenida
a humedecer tu jardín
de ensueños desatados
otra vez, una vez más
para armar relojes de sol
en la blanda sombra
donde baila la esperanza,
ese monótono balido
indescifrable de la sangre,
esa arena
contenida de tus venas en tus manos,
corriendo desde siempre,
cambiando desde siempre
como el agua,
nunca igual a la lluvia de esa tarde.

Ahora
que te sientes tiempo,
te entiendes hombre,
te comprendes cielo,
te descubres pájaro,
partícula trocada de palabra
que nace y muere en ti,
hecha de ti.

Ahora,
te sabes también nada.




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DUERMETE A MI LADO.

YO SOY TODO ESTO.

en esta tarde
en esta tarde

cosas
que nombro como si fuera un niño:

y si digo árbol,
y digo grillo,


las nombro
seguro de su magia
para que vivan en mí;

como un niño,



y otros lugares,
y otros mundos,
y otros reinos,


llegan a mi boca,
llegan a mi boca como promesas dulces,
como besos de tu boca
que calman mi sed,
sed que no puede calmar
que taladra las chapas de zinc
y se cala en los huesos solos de pensarte
en la estepa abandonada de mis brazos
anocheciéndose
sin ti.


ni este corazón
que un día trato de ser
dueño del viento,



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