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ELLA.

( Poemas publicados bajo el seudónimo de Golem. )

ELLA.

Ya se había acostumbrado a sus zapatos nuevos,
a su camisa que estaba de medio planchar
y a las medias de dos colores (casi iguales);

nadie se daría cuenta en el trabajo de esas medias,
se dijo seguro,
mientras tomaba té taragüi porque del café no existía ni el olor de café.

Se había acostumbrado:
al olor de fritanga de la cocina,
a la inmensa parva de platos sucios
y vasos
no tan sucios que vaya uno a saber como se fueron juntando.

Digamos que estaba bien después de dos días de perfecta soledad austera y digna.

Se prendía un cigarro philip morris,
daba de comer al gato kitekat a prueba de piedras ranales.

Y llamaron a la puerta,
llamaron suavemente,
como si el viento arañara la madera.

Ella allí parada,
espiga,
trigal moreno bajo el sol de noviembre,
inmensos ojos
para perderse dentro.

Ella,
la mala,
mala,
en el lindel de la puerta,
en el limite del cuerpo
que dejo abandonado como el esqueleto de un barco hundido,
mala,
mujer
y hermosa.

Allí estaba ella...
y la dejo pasar.

Digamos que estaba bien,
que ahora esta mucho mejor.

Juntos se pusieron a limpiar la casa,
a desordenar la cama.

Llamo al trabajo para decir que estaba enfermo.



Copyright ©Gustavo Cavicchia.
-Todos los derechos reservados.

Wally.
Salva un árbol escribe en papel virtual.
Apoemas.

COMO SIEMPRE.

(Poemas publicados bajo el seudónimo de Golem. )

COMO SIEMPRE.

Primero ella le dijo al hombre que no cambiara nunca.
Ahora, que lo deja dice: _que nunca va a cambiar_

Así,
el hombre se fue quedando solo.
Solo,
solo y al final muchísimo más solo.
Solo,
con mayúsculas: SOLO.

Sin Dios,
sin diablo,
un pobre diablo quedo hecho el hombre,
con su casa desvencijada,
con su corazón igual,
igual a una pared fría,
desnudo,
con la noche ya sin cuerda en las ojeras,
dormida.

El hombre no dormía,
miraba la noche,
fumaba y escribía estas cosas;

pensaba que la soledad no es buena amante,
que la soledad no lo escucharía,
ni le haría rabietas,
ni le diría que se afeite,
que cuando iba a dejar de fumar,
que la soledad en definitiva es lo diametralmente opuesto a una buena mujer,
que si fuera posible cambiaria,
que podría tener un gato,
un canario,
amarillo;

cambiaria,
se lo propuso firmemente mientras escribía,
fumaba y pensaba;

y así se dio cuenta ( como siempre que pensaba),
que ya no tenía cigarrillos…

como en tantas otras noches cuando estaba ella,
pero esta vez sin ella,
salio de casa.

Cambiaría,
se dijo el hombre,
oscuro y pensador,
mientras la noche lo miraba con su gran pupila ciega,
el hombre se perdía en la calle,
rumbo al único lugar abierto a esas horas…

como siempre.


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Wally.
Salva un árbol escribe en papel virtual.
Apoemas.

Un país.

( Poemas publicados bajo el seudónimo de Golem. )

Un país.

Sentir en la sangre

la indiferente promesa

de la ciudad anónima.

Saberse aire, después humo, después nada,

la marca celeste que deja un avión

distinto a cualquier pájaro,

lo que lleva el río a ninguna parte,

algo muerto que flota convertido en flor.

una cara más

en cualquier puerto

de cualquier ciudad

con barcos de velámenes roídos;

saberse eso,

nada.

Vivir o

creer vivir,

lacerar las puestas de la tarde,

ser grillo en su esférica guarida;

ahogado llanto musical,

verde grito,

inapelable cárcel.

Lámparas,

lejos,

muy lejos donde el sol no llega,

donde la luna fenece soledades,

lámparas.

Un país de lámparas,

un país de luz nocturna,

de negro sol,

de siempre noche,

un país de lámparas…

para alumbrar al niño que ya no somos.

Un país,

para que viva el Golem.


_golem_

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Wally.
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Apoemas.

Los cuerpos.

( Poemas publicados bajo el seudónimo de Golem. )

Los cuerpos.


absurdos
bailan los cuerpos

absurdos
como títeres huecos
en la tarde tristísima

no hay nadie que mueva los hilos
nadie que suba hasta el cielo
estas pobres almas de niños

inocente tu boca se abraza
a esta fatua sensación de cariño
y mi mano que surca tu espalda
me muestra lo mismo

que importa
somos reyes de un día
mensajeros errantes
de este tren sin destino

vibración
de almas gemelas
en cuerpos distintos

inocente tu cuerpo callado
se pierde en mi abismo
y mi cuerpo que se abandona en tus ojos
me muestra lo mismo.



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Wally.
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Apoemas.

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