XXX

A la poesía:




hay que matarla a golpes,
hay que darle duro con un palo 
y con una pala, 
y también con una maza. 

Hay que torcerle las manos vacías y huesudas;
hasta que su sangre se derrame toda 
sobre las casas
y sobre la vida. 

Por eso hay que escribir. 

 Todos tenemos que escribir;
 hasta que la poesía llore:
 todos los muertos,
 todos los niños perdidos,
 todas las mujeres violadas, 
todos los desempleados,
 todos los viejos que se mueren de pena en los asilos, 
y todas las balas que se han tirado. 

Por eso hay que escribir con el alma 
y con el cuerpo 
y con la lengua
y con el corazón vibrante
lleno de una primavera donde abunde la miel, 
el trigo 
y la leche. 

Hay que hacer que la poesía cante, 
y hacer que la poesía baile 
y que ría como una muchacha joven.

Para eso a la poesía: 

hay que romperle las piernas de hacerla correr tanto; 
que le estallen los pulmones, 
que se le gasten las rodillas, 
que corra por todo el mundo:

hasta que valga la pena 
y el mundo cambie.


 

Es verdad;





 yo he comido como un animal, 
he dormido como un animal, 
he hecho el amor y he tenido miedo como un animal 
pero al final... 
he sido, por todo eso, nada más que un hombre. 




No ir a ningún lado










Lo más parecido a la miseria es la ignorancia 
GC.
 



Es la tarde un incendio de nubes. 
Se quema el invierno en la hoguera del cielo;

he de dejarme matar como las aves,
como cualquier otro animal, 

por ejemplo: 

como ese caballo 
que veo comer 
de un pasto amarillo 
crecido por suerte 
cerca de la miseria
de las casas del bajo 
junto al río .

La ciudad se traga el campo;
en la tierra vendida a nuevos barrios privados 
los olivos dejan sus esqueletos de sed.

He de dejarme matar como los hombres; 
como cualquier otro animal,

por ejemplo: 

como ese perro 
por el séquito de autos que no para nunca...  
que nunca para de pasar en la obnubilada ruta.


27/08/2012





enumeración.



Quiero jugar con la poesía
como juego esta noche con tu pelo.
GC

ENUMERACIÓN.

y todas las colinas verdes de Irlanda florecidas de perfectos tréboles de tres hojas
y todos los nenúfares blancos que mueren ciegos a la mirada del mundo en el secreto charco central de un jardín de Praga
y todas las páginas que van impregnándose de un anémico amarillo en los penúltimos anaqueles de la biblioteca nacional de Córdoba
y todas las olas que dejan caer su anatomía de agua anónima en la arena helada de alguna península antártica
y todas las fotos sacadas con teléfonos celulares por las manos de millones de personas aburridas de las fotos
y todas las hojas con las que el viento fabrica livianos aeroplanos que caen planeando hacia el pasto seco de esta plaza que huele a muchacha joven
y toda la ciudad insomne que duerme una resaca de opio de fin de semana
y toda la lluvia con toda su magia de tambores de selva olvidada
y todas las linternas que agotaron su batería
y todos los puentes del mundo que unen ciudades de bruma
y todas las gaviotas
Y todos los caballos
Y los perros
Y algún gato;
no me importarían si sintiera que tú no estas a mi lado.



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Los poemas de amor no solo son inevitablemente cursis,
sino tambien son imprescindiblemente necesarios. GC

de poemas casuales.






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Wally.
Salva un árbol escribe en papel virtual. Apoemas.

Cosas que son del aire.



Audiopoema


Trocar arena por agua.
Que el cielo llore la tierra
infinito y cándido.

GC

COSAS QUE SON DEL AIRE.


Voy a tocar estas cosas que son del aire,
que llevan en su frente un signo de nostalgia
como una nación secreta.

Intima piedra de mi corazón mestizo.

Sigo la sombra flagelada del río,
negros los chopos bailan en el ciego amanecer,
detengo la mirada en las nubes rojas que se escapan.

Puedo ver mis manos,
las uñas de mis manos,
lo verde de tus venas.

Porque allí vive el amor
en lo verde que es también la tierra.

En el ardido crepúsculo
siento como cambia el río,
como se hunde la esperanza
sola
en el lodazal inmundo de la costa.

Junto a la fábrica de aguas oscuras
el río seco tiene la mirada de cinco mil peces muertos.

Desde este país de autos viejos
los perros tirados a un lado de la ruta
son ángeles que duermen.

Esta es mi sangre americana;
vida que canta como un grito en el olvido.

Dónde voy.
Dónde vamos ahora.

Entre qué sombras de qué luces de mercurio que se apagan
palpita el viento con el corazón del mundo.

Voy a escribir estas cosas ahora que son del aire.



281211. Cavicchia.



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Wally.
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