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Pensamiento de hoy.






En mis momentos de mayor desesperación existen dos cosas que me aterran y me fascinan al mismo tiempo del universo; la primera es la inmensa complejidad que encierra y cuya resultante final, su mayor expresión, es la creación de la vida consciente y lo segundo; es la absoluta falta de sentido que esta tiene. GC.







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Wally.
Salva un árbol escribe en papel virtual. Apoemas.

A la poesía:




hay que matarla a golpes,
hay que darle duro con un palo 
y con una pala, 
y también con una maza. 

Hay que torcerle las manos vacías y huesudas;
hasta que su sangre se derrame toda 
sobre las casas
y sobre la vida. 

Por eso hay que escribir. 

 Todos tenemos que escribir;
 hasta que la poesía llore:
 todos los muertos,
 todos los niños perdidos,
 todas las mujeres violadas, 
todos los desempleados,
 todos los viejos que se mueren de pena en los asilos, 
y todas las balas que se han tirado. 

Por eso hay que escribir con el alma 
y con el cuerpo 
y con la lengua
y con el corazón vibrante
lleno de una primavera donde abunde la miel, 
el trigo 
y la leche. 

Hay que hacer que la poesía cante, 
y hacer que la poesía baile 
y que ría como una muchacha joven.

Para eso a la poesía: 

hay que romperle las piernas de hacerla correr tanto; 
que le estallen los pulmones, 
que se le gasten las rodillas, 
que corra por todo el mundo:

hasta que valga la pena 
y el mundo cambie.


 

Es verdad;





 yo he comido como un animal, 
he dormido como un animal, 
he hecho el amor y he tenido miedo como un animal 
pero al final... 
he sido, por todo eso, nada más que un hombre. 




No ir a ningún lado










Lo más parecido a la miseria es la ignorancia 
GC.
 



Es la tarde un incendio de nubes. 
Se quema el invierno en la hoguera del cielo;

he de dejarme matar como las aves,
como cualquier otro animal, 

por ejemplo: 

como ese caballo 
que veo comer 
de un pasto amarillo 
crecido por suerte 
cerca de la miseria
de las casas del bajo 
junto al río .

La ciudad se traga el campo;
en la tierra vendida a nuevos barrios privados 
los olivos dejan sus esqueletos de sed.

He de dejarme matar como los hombres; 
como cualquier otro animal,

por ejemplo: 

como ese perro 
por el séquito de autos que no para nunca...  
que nunca para de pasar en la obnubilada ruta.


27/08/2012






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