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NUNCA.

( Poemas publicados bajo el seudónimo de Golem. )

NUNCA.

Nunca se sintió tan triste,
con ese brillo que dejan en el aire las campanas de bronce,
el diáfano atardecer cantándole en las espaldas un melodioso drama de ocaso.

El cansancio lo llevo al último banco de plaza,
al postrero sillón de cavilaciones viejas,
podía morar la desvalijada esperanza bajo la sombra protectora de los árboles,

ver pasar la gente desde su quieto atalaya de huesos,
como ríos o serpientes,
persiguiendo las ansias de sus sombras,

sus íntimos deseos.
Miraba desde sus grises ojos de tristeza;
el gris sol, los grises niños que jugaban, la gris ropa con la que vestia el mundo.

Pensó en el mar, en los colores, en la última vez que la vio;
su hermosa mano en el aire, grácil paloma suspendida de la nada del silencio detrás del cristal en el bus que la llevaría lejos.

Pensó que volvería,
que traería con ella amor y otros milagros,
que por fin amanecería su cuerpo roto desde la luz y los colores.



Copyright ©Gustavo Cavicchia.
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Wally.
Salva un árbol escribe en papel virtual.
Apoemas.

EL SUEÑO.

Olvidó si era de día. Olvidó que la noche corría extraviada por las líneas paralelas de la vía ferroviaria. Solo allí crucificado, en penumbras. El silencio paseaba por su boca como un muerto, le nacían flores de los ojos, algo húmedo rodo por su espalda, vanamente trato de darse vuelta. Quiso recordar su nombre, los surcos que demarcan su rostro, el mapa de su cara, su personal geografía. Veía luces fatuas bailar y fenecer en el horizonte. Se quebró en llanto, el aire tenia la dureza del diamante… despertó dolorido y cansado, como en tantas madrugadas. Miro el reloj, se le hacia tarde, se levanto de la cama tratando de no despertar a nadie. En el baño, intento recordar cual era el sueño, frente al espejo miro su cara.






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